miércoles, 13 de agosto de 2008


Con amplia participación inicia el CAM3-comla8


4 cardenales, más de 100 obispos de toda América, parte de Europa y África, 600 sacerdotes del mundo entero, 300 monaguillos, 120 seminaristas y 16.000 asistentes, reunidos en el Coliseo General Rumiñahui de la ciudad de Quito, celebraron la Eucaristía de Apertura del Tercer Congreso Americano Misionero CAM3-comla8.

En un clima de fervor y alegría, los asistentes entonaron cantos, compartieron las oraciones y siguieron con atención las palabras que en la homilía, el enviado del Papa pronunció destacando la importancia del ser misioneros y relacionando toda su enseñanza con las conclusiones del documento de Aparecida.
Lea el mensaje de Su Santidad Benedicto XVI

El CAM3 continúa este miércoles con la ponencia sobre Discipulado que ofrecerá el señor cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa en el Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana desde las 9:00 am.

Momento emocionante fue cuando el señor Nuncio Apostólico del Ecuador leyó el mensaje que el Santo Padre envió a los participantes del este Congreso Misionero.



Reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones presentes
en la misa inaugural del CAM3.


SALUDO DEL CARDENAL ANTONIO J. GONZÁLEZ ZUMARRAGA
AL SEÑOR CARDENAL NICOLÁS DE JESÚS LÓPEZ RODRÍGUEZ, ARZOBISPO DE SANTO DOMINGO, ENVIADO EXTRAORDINARIO DEL PAPA BENDICTO XVI AL TECER CONGRESO AMERICANO MISIONERO Y OCTAVO CONGRESO LATINOAMERICANO MSIONERO.
que se celebrará en Quito del 12 al 17 de agosto del 2008


Muy estimado Señor Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo, designado por Su Santidad el Papa Bendicto XVI su ENVIADO EXTRAORDINARIO AL TERCER CONGRESO AMERICANO MISIONERO Y OCTAVO CONGRESO DE AMÉRICA LATINA.

Estimados hermanos y hermanas que participan en la celebración de este Congreso:

En mi calidad de Presidente de la Comisión Central que ha preparado la celebración del CAM 3 comla8, que hoy inauguramos en la ciudad de Quito, en nombre de todos los participantes de este Congreso, doy a Ud., Señor Cardenal NICOLÁS DE JESÚS LÓPEZ RODRÍGEUZ, un cordial y ferviente saludo de bienvenida a este TERCER CONGRESO AMERICANO MISIONERO Y OCTAVO CONGRESO MISIONERO DE AMÉRICA LATINA, ante el cual ha sido designado por Su Santidad el Papa Benedicto XVI como su ENVIADO EXTRAORDINARIO.

En efecto, Su Santidad el Papa Benedicto XVI, en letras apostólicas que le envía con fecha dos de junio de este año 2008, le dice a Ud., señor Cardenal, que después de apreciar grandemente la sincera manifestación de afecto y alabar el ardiente amor y adhesión de todo el pueblo ecuatoriano para con el sucesor de Pedro, con que el Cardenal Antonio J. González Zumárraga solicitó, en nombre de los pastores y fieles de toda América, que el Santo Padre visitará el Ecuador con ocasión de este Congreso Misionero. Puesto que el mismo Santo Padre no ha podido emprender este viaje, ha pensado y decidido encomendar esta especial legación al señor Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo y Primado de América. Por tanto, con fecha dos de Junio de 2008, le ha designado SU ENVIADO EXTRAORDINARIO para estos memorables acontecimientos que hoy se inician en Quito.

Muy oportunamente le ha designado el Santo Padre su ENVIADO EXTRAORDINARIO, porque Ud., señor Cardenal López Rodríguez, es PRIMADO DE AMÉRICA y éste es el Tercer Congreso Americano Misionero, que se celebra en Quito.
Pero explícitamente dice el Santo Padre Bendicto XVI que le ha designado su ENVIADO EXTRAORDINARIO, porque sabe que Ud., señor Cardenal López Rodríguez, ya ha cumplido prudentemente otras misiones como ésta y asiduamente ha fomentado la evangelización entre los Pastores del Continente Americano.


HOMILÍA PRONUNCIADA EN EL COLISEO RUMIÑAHUI DE
QUITO CON OCASION DE LA EUCARISTIA DE APERTURA DEL
TERCER CONGRESO MISIONERO CAM 3 COMLA 8,
CELEBRADO DEL 12-17 DE AGOSTO 2008



Comienzo agradeciendo al Santo Padre Benedicto XVI las paternales palabras con que se ha dignado designarme como su Enviado Especial a este memorable evento. También la exhortación "a un renovado empeño de estudiar a fondo la sublime doctrina cristiana y de ofrecerla a aquellos que todavía no han conseguido la esperanza de la salvación eterna y a aquellos que por diversas causas la perdieron". Igualmente e! apoyo de sus valiosas oraciones con que nos encomienda "a los delegados que alii se congreguen y a todos los seguidores de Cristo el Señor en América". Y de manera muy especial "la Bendición Apostólica, que haras extensiva a todos los que eres enviado". Soy pues, portador de un paternal saludo y Bendición Apostólica del Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, quien conoce al Ecuador y lo ama entrañablemente.

1.- Corresponde a la histórica y heráldica Ciudad de Quito, ubicada en el mismo centro de este dilatado Continente, acoger a unos tres mil Delegados que participaran en las jornadas del CAM3 comla8 que fue anunciado al clausurarse el anterior Congreso, celebrado en la Ciudad de Guatemala del 25 al 30 de noviembre de 2003. Se que todas las Iglesias particulares de esta noble Nación se han preparado con entusiasmo, en colaboración con las Obras Misionales Pontificias, a través de las Comisiones Central y Ejecutiva, del Centro Misionero Nacional y Ios Centros Misioneros Diocesanos. Han sido varios años de intenso trabajo, como lo he podido constatar por el material usado, que el Señor Cardenal González Zumárraga tuvo la gentileza de enviarme. Felicito de corazón a toda la Iglesia ecuatoriana por haber aceptado ser la sede de este Congreso y por la esmerada preparación que todas las Diócesis se han esforzado en dispensarle.
Estos Congresos son la mejor expresión del dinamismo misionero que ha caracterizado a la Iglesia latinoamericana desde sus orígenes, hace mas de quinientos anos, hasta hoy.
En una ocasión tan privilegiada como esta, no podemos dejar de mencionar a esa pléyade de intrépidos apóstoles, hombres y mujeres que han recorrido incansablemente Ios mares, nos y montañas, las selvas y veredas, Ios desiertos y fértiles campos, las aldeas y ciudades de nuestro amado Continente. Sean todos ellos recordados hoy con cariño, respeto y admiración por haber sembrado las semillas de la fe y haberla cultivado con su predicación, con sus obras y sobre todo con su elocuente testimonio de vida en medio de nuestra gente.

2.- En la primera monición que escuchamos hoy se nos dijo que tenemos entre nosotros las venerandas Reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús, "Patrona Mundial de las Misiones y Doctora de la Iglesia". Esta Santa incomparable, desde su enclaustramiento en el Monasterio se constituyó en la gran misionera junto al infatigable San Francisco Javier, que recorrió el mundo de Asia predicando el evangelio hasta llegar a las puertas de China. Este Congreso Misionero honra a estos dos Santos patronos. También se hizo mención de algunos Santos y Santas de varios países como México, Guatemala, Perú, Colombia, Chile y Ecuador, señalándose entre estos a Santa "Maria Ana de Jesús, espléndida flor de la Ciudad de Quito" como la llama el Santo Padre en la Carta referida al comienzo, el Santo Hermano Miguel y las Beatas Mercedes de Jesús Molina y Narcisa de Jesús. Además, este mismo año, en octubre, será proclamada la santidad de la Beata Narcisa de Jesús, tan querida por el pueblo del Ecuador y recibida como nueva fuente de inspiración para el quehacer cristiano en la vida y la cultura del País. En comunión pues con Ustedes, y especialmente con el Episcopado Ecuatoriano, elevo mi plegaria al Señor y a los Santos y Santas de este querido País para que continúen vivas y fecundas las raíces cristianas de la Nación, de manera que se preserven los valores relativos a la libertad religiosa, la vida, la familia y la educación.

3.- Para nuestra celebración se han escogido una lectura del profeta Isaías, el salmo 66 y un párrafo del capitulo 17 del evangelio según San Juan. Isaías nos presenta una esperanzadora visión de la Ciudad Santa: "Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti... Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos". Sabemos que, antes del destierro del pueblo judío en Babilonia, estas palabras tenían como objetivo inmediato la vuelta de los exiliados a su patria. Pero ahora son todos los pueblos los que se dirigen a Jerusalén, en ella se descubrirá lo oculto y se iluminará lo oscuro. Jesús será la revelación del Padre como El mismo dice por medio de San Juan. Por otra parte, el mandato misionero de Jesús es categórico: "Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espirítu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado" (Mt. 28, 19-20). Mandato que conserva su vigencia hasta el fin del mundo, por eso la Iglesia tiene esta vocación irrenunciable de llevar el evangelio y la luz de Jesucristo a todos los pueblos. El Salmo 66 es una invitación a que todos los pueblos conozcan y bendigan al Señor: "Oh Señor, que los pueblos te alaben, que todos los pueblos te alaben y te bendigan", como hemos repetido en la antífona.

Este Salmo esta en perfecta sintonía con la magnífica visión de Isaías. El evangelio leído es parte de la bella oración de Jesús en la Ultima Cena. El Señor pide por sus discípulos y por todos los que van a creer en El por la palabra de ellos. Jesús ruega al Padre por la santificación y la unidad de su Iglesia, era su mas profundo deseo en aquel momento cumbre de su vida al despedirse de sus discípulos. "Santifícalos en la verdad". En realidad el verbo griego que se traduce por "santificar" significa consagrar. Santificar en la verdad es sinónimo de consagrarlos para que puedan cumplir su misión frente al mundo. Pero esto no pueden realizarlo sin tener como base la revelación que Jesús les ha comunicado. Por eso pide para ellos la santificación en la verdad.

4.- Nuestro Congreso tiene como lema: "América con Cristo: Escucha, aprende y anuncia", tres actitudes grabadas por el Espíritu en el corazón de la comunidad de Jesús, como se dice en el Manual de Animación Misionera. Puede suponerse que en el fondo del lema, del tema, de los objetivos y de los ejes temáticos subyace el espíritu del Documento de Aparecida. Y esto parece lógico por ser esta la mas reciente enseñanza del fecundo Magisterio del Episcopado del Continente. Todas las Iglesias de América Latina y El Caribe han recibido con sincero gozo y esperanza el valioso contenido de este Documento, cuya publicación fue autorizada por el Santo Padre, además de haber prestigiado con su presencia la Conferencia y trazado sus líneas maestras en el Discurso inaugural.

a- A propósito de la primera actitud de escucha, conviene recordar que es frecuente en los conocidos personajes que figuran en el Antiguo Testamento, Abrahán y los patriarcas, Moisés y puede decirse que los profetas eran los grandes confidentes del Señor.
Pero no perdemos de vista que "la Iglesia en América es la comunidad que se siente convocada por Jesús. De El recibe el Espirítu y la paz. Oye su voz, ve sus manos, escucha sus palabras, comparte su pan y su amistad". Y ¿que escucha América con Cristo? El mismo Manual responde: los gritos de los oprimidos y de las victimas, los deseos que albergan las personas en su obrar y en lo mas íntimo de su corazón, escucha como lo hacia Jesús con los niños y pobres, hombres y mujeres, israelitas o extranjeros, creyentes o no. Escucha en amor que Dios es uno, el Señor, misericordioso, a quien se debe amar con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y todas las fuerzas. Escucha que todos son hermanos. Lo hace como oyente de la Palabra y de los planes de Dios, como el Siervo de Yahvé, como Maria la Sierva del Señor que desea se haga en Ella su Palabra.

b- La segunda actitud señalada en el lema del Congreso es el aprendizaje, América con Cristo aprende. Aprende grabando y guardando en el corazón lo que ha visto y oído. Aprende con la memoria del pueblo y de la Humanidad, con la memoria de las maravillas realizadas en la creación y en la salvación (Cfr. Manual de Animación Misionera, Pag. 11). Como Jesús aprende la inmediatez de la salvación de Dios en la suplica de una madre sirofenicia por la salud de su hija; en la intercesión de Maria a favor de unos novios para que su fiesta de bodas tenga alegría y vino. Aprende cuando acepta no-comprender o andar en lo provisorio mientras espera la claridad; cuando busca el por que y el sentido del obrar humano y del obrar de Dios. Aprende en la paciencia y la espera del crecimiento y de la maduración, propio de la vida humana, de la Iglesia y de la misión. Sabe permanecer día tras día, se deja sostener en la fidelidad. Se aprende de la misma misión y de vivir día a día en el barrio, en la comunidad, en el trabajo.
Se aprende como Maria de Betania, y los discípulos en casa o por caminos; como Maria guardando y meditando con amor las cosas experimentadas y oídas en torno a su Hijo. (Cfr. Manual de Animación Misionera, Pag. 12).

c- Como tercera actitud señala el lema de nuestro Congreso la de anunciar fiel y verazmente lo que de manera gratuita se le ha dado a vivir. Basta leer cualquier pagina de los Hechos de los Apóstoles para darse cuenta que, a raíz de Pentecostés, los Apóstoles se lanzan a predicar el Evangelio que habían oído a Jesús proclamar, y ese mensaje de salvación cala profundamente en el corazón de los oyentes. Los mismos Apóstoles que han escuchado a Jesús y aprendido de El, son los que ahora difunden la Buena Nueva bajo el impulso del Espíritu Santo, que motiva igualmente la formación de las primeras comunidades cristianas en cuyo seno se proclamara y se acogerá el mismo Evangelio de Jesús. Naturalmente no podemos olvidar que el anuncio viene de la experiencia transformadora, que siente necesidad de contar y comunicar lo que ha visto y oído. Los ejemplos se multiplican: la mujer samaritana (Jn. 4, 28-30); Andrés cuenta a su hermano Pedro que ha encontrado al Mesías (Jn. 1, 42); Maria de Magdala a los discípulos: "He visto al Señor y me ha dicho esto" (Jn.20, 18).

Es la misma experiencia de Pedro y Juan ante los Jefes, los Ancianos y los maestros de la Ley cuando les prohíben predicar; "No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído" (Hechos 4, 20) Y el grito apasionado de Pablo es su carta a los Corintios; "Ay de mi si no predico el Evangelio" (1 cor 9,16>. El anuncio une, a la experiencia de la Buena Noticia recibida, la sinceridad y el intento de coherencia en la propia vida siguiendo a Jesús y tomando el evangelio como camino, orientación y vida. Anuncia desde la comunidad, lugar de fraternidad, vida y fe. El anuncio es permanente siembra en caminos, entre piedras y malezas y en tierra fértil (Mc. 4, 3-8). Quien anuncia sigue aprendiendo, sigue siendo discípulo. María es modelo de misión, lleva Jesús a Isabel. Ella sigue siendo misionera entre los pueblos. Madre y Maestra de la misión nos educa en comunicar por amor y sencillez a Jesús.

5.- En esta reflexión inicial de nuestro Congreso no puede faltar una referencia al tema central del mismo que, obviamente, no puede estar desvinculado con el lema que acabo de explicar. Siempre en sintonía con el Documento de Aparecida dicho tema se ha formulado así: "La Iglesia en discipulado misionero". El Manual de Animación Misionera nos presenta una hermosa síntesis de las actividades de la Iglesia en sus orígenes.
Ella nace en la Pascua por la acción del Espíritu Santo. Y por la fe en Jesús resucitado, nos dice. Pero también afirma que en el Evangelio encontramos el germen de la fraternidad de los discípulos y discípulas convocados por Jesús. Es la comunidad que le acompaña, le sigue e imita en su estilo de vida y se entregan a proclamar y realizar el Reino de Dios. Esta comunidad hace lo que ve hacer a Jesús, la voluntad del Padre y llevar a cabo su obra, el Reinado de Dios entre los hombres y mujeres.

El Reino ocupa el puesto central en la predicación de Jesús, en sus múltiples parábolas, su genero preferido para ensenar. La Iglesia nación del discipulado, convocado por el Maestro. Fueron discípulos que iban con El, le amaban y aprendían en la convivencia diaria, en sus constantes recorridos, en sus diálogos con Jesús.Y El encomendó al Espíritu Santo llevarles a la verdad plena. Posteriormente el Espíritu realiza lo mismo con Pedro y Pablo al anunciar a Jesús y crear la Iglesia como fruto de la misión (Hechos 11,11-14; 13, 2; 16, 7). Los discípulos, pues, aprendieron la misión en la vida. Jesús era el misionero por excelencia "consagrado por el Padre y enviado al mundo" (Jn. 10, 36). Con El hicieron una misión colegiada, haciendo presente el Reino a la vez que lo ensenaban y lo mostraban. Así se forjaron apóstoles y misioneros, enviados por Jesús con la fuerza del Espíritu Santo (Jn. 20, 21-22). Misioneros que conjugaron admirablemente la escucha y el anuncio, el discipulado y la misión. Posteriormente continuaron el aprendizaje de manera colegiada como se ve en la comunidad de Antioquia (Hechos 11, 19-26; 13, 2-3), y en el Concilio de Jerusalén para emprender la misión a las naciones y resolver los problemas que se iban suscitando. La Iglesia hasta el día de hoy y por siempre sigue en discipulado y misión, por haber recibido en primer lugar el Evangelio con amor de creyente y haber dado frutos de conversión, comunidad y salvación, mientras sigue cultivándolo amorosamente en el corazón.

Hoy la comunidad eclesial sigue identificándose con aquella fraternidad que acompañaba a Jesús y con las primeras comunidades del Nuevo Testamento, paradigmas de evangelización en permanente escucha del Espíritu Santo y de los pueblos en los que vivían. (Cfr. Manual de Animación Misionera, Pags. 13 y 14). Estos temas serán profundizados en las tres Conferencias de los distinguidos Ponentes, en los paneles, con los testimonies, los trabajos en grupos y los plenarios. Es decir, que nuestro Congreso esta articulado de forma que todos sus participantes tengan oportunidad de intervenir en algunos de esos momentos. 6.- Los tres Ejes Temáticos, señalados en el Manual son: el Discipulado, Pentecostés y la Evangelización, que siendo antiguos y esenciales a la Iglesia, son actuales con la pedagogía de Dios.

a- El Discipulado que nos conduce a la fraternidad de discípulos y discípulas de Jesús, anunciando el Reino y viviendo de El. Hoy lo expresamos en la "Comunidad Discípula de Jesús", cohesionada por El, aunada por lazos de fraternidad, integrando la diversidad de todo tipo en la que esta envuelta.
- Discípula en permanente aprendizaje. Lo ha aprendido de Jesús que veía las dolencias de la gente y lo mejor de su corazón. Se conmovía y sentía compasión. Pasaba largos espacios de la noche y de la madrugada conversando con el Padre, escuchándole, aprendiendo sus designios, su pedagogía y su amor; bien claros en las Escrituras y en lo que el Padre le mostraba (Jn. 5, 19-20.39).
- La comunidad eclesial con sus pastores vive el mismo discipulado de Jesús. Ora y escucha el amor y el sueno de Dios, su condescendencia y compasión por toda la humanidad. Ve y siente el dolor y los gozos, sobre todo de los pobres, de los excluidos y de las victimas; sufre, ama y espera con ellos, aprende de ellos.

b- Pentecostés. "Comunidad llevada por el Espíritu, porque hoy el Espíritu del Señor llena la tierra y la Iglesia. Renueva el rostro de la Humanidad. En verdad creemos en la irrupción del Espíritu sobre niños y ancianos, varones y mujeres (Hechos 2, 16-20). Dios lo ha derramado para una nueva configuración de la Iglesia y de la Humanidad.
Dejarse llevar por el Espíritu es atreverse a estar en todos los espacios de nuestra sociedad, acoger con alegría lo que ya esta haciendo en los hombres y mujeres, a veces mas allá de nuestros esquemas y expectativas.
Dejarse llevar por el Espíritu es amar apasionadamente a Jesús, a los hombres y mujeres, a los pequeños, a los que sufren.
Dejarse llevar por el Espíritu es creer que esta salvando en todas las religiones y culturas, por caminos desconocidos por nosotros. Es saber que El es justicia y salvación de todas las victimas y oprimidos. Es saber y esperar la novedad de la humanidad que Dios tiene y nos comparte en Jesús.

c- Evangelización, "Comunidad Misionera para la Humanidad". Comunidad que ha sido entusiasmada por Jesús con el sueno de fraternidad, amor y humanismo del Padre por toda la Humanidad.
Esta es la misión o encomienda de fermentar la sociedad, las culturas y las religiones desde dentro, con respeto y amistad, conversando y acompañándose en este camino del Reino, en este camino de humanizarnos a todos, de hacernos, por la energía del Espíritu, semejanza y rostro de Dios. Una gran pasión que mas que encomienda, es semilla y levadura fermentando la vida hasta su plenitud.

Sabemos y creemos que la vida, el camino y la verdad esta en Jesús, en su humanidad y benignidad: "Se ha manifestado la bondad de nuestro Salvador y su amor a los hombres" (Tito 3, 4). Anuncio y comunicación de Jesús, de su Evangelio, como Luz de Dios y paradigma de Humanidad, con el mismo ardor con el que Jesús puso fuego a la tierra (Lc. 12, 49). Deseando y poniendo personas, grupos y sobre todo comunidades e Iglesia, en las que se viva ya el Reino de Dios con Jesús en fraternidad y compartida con toda la creación, templo y casa de Dios (Hechos 17, 24-28).

- Maria esta presente en la vida de la Iglesia y de la Humanidad y así es considerada en este Instrumento del Congreso. Ella esta presente e impregna todos los temas, muy en consonancia con la dimensión mariana de la Iglesia de América Latina, emblemáticamente en la Virgen de Guadalupe que ha marcado la evangelización de los pueblos indígenas y del Continente. Maria madre y maestra, discípula y misionera; llevada por el Espíritu Santo; presencia maternal en Pentecostés cuando nace la Iglesia como misionera. Maria, portadora del Espíritu Santo, Maria caminando con la Iglesia e impulsándola a la misión.

7.- Quiero, pues, reiterar mi felicitación a los organizadores por la cuidadosa previsión de todos los detalles. Estoy seguro que nuestro Congreso será recordado por el acierto de prolongar en el tiempo la inquietud que late en el corazón de los pastores del Continente, reflejada en el Documento de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe y por ser aquí, en Quito, donde se lanzara, Dios mediante, el próximo domingo la Misión Continental, que se dispuso llevar a cabo en todos nuestros países durante estos anos. Dejamos, pues, en las manos de Jesús, el primer Evangelizador de todas las épocas, los trabajos del Tercer Congreso Misionero CAM 3 comla 8 y pedimos a la Santísima Virgen, bajo las diversas advocaciones con que es venerada en todas nuestras naciones, que nos anime hoy con la misma solicitud maternal con que acompaño a la primera comunidad apostólica.

Desde Quito saludo en nombre del Santo Padre Benedicto XVI a todos los hijos e hijas del Ecuador y por delegación de Su Santidad impartiré a todos la Bendición Apostólica que el Papa me ha confiado otorgarles.

Fuente: CAM3



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