sábado, 27 de febrero de 2010

IV CONGRESO NACIONAL DE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA MISIONERA

“CRISTO ES LA ALEGRÍA   QUE NADIE NOS PODRÁ QUITAR”
(Jn. 17,22)




¿Dónde?

En la Diócesis de San Carlos

Edo. Cojedes

¿Cuándo?

Del 11 al 15 de agosto 2010

viernes, 26 de febrero de 2010

IV CONGRESO NACIONAL DE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA MISIONERA

Oración por el IV CONIAM

Quédate con nosotros Señor,

que eres la alegría de nuestros corazones

que nadie nos podrá quitar.

Tú que nos convocas a este IV CONIAM,

permítenos vivir la alegría de la Santidad

y ser tus discípulos misioneros,

para anunciar el Evangelio

desde Venezuela al mundo entero.

Virgen de Coromoto,

patrona de Venezuela y madre nuestra,

en esta Misión Continental

ayúdanos a preparar nuestros corazones

para recibir y compartir todas las gracias

que tu Hijo quiere darnos.

Amén.

“Cristo es la Alegría que nadie nos podrá quitar”

(Cf. Jn. 17,22)

JUSTIFICACIÓN

Rumbo al Cam 4 y en el marco de la misión Continental, Dios Padre ha querido convocar a los niños y adolescentes misioneros de Venezuela a este IV CONIAM. Así como Jesús envió a sus 72 discípulos a las aldeas y poblados a anunciar el Evangelio (Lc. 10, 1-12), de igual forma, el Señor convoca a los niños y adolescentes de Venezuela en este III Milenio para ir por todo los rincones de nuestra patria dando testimonio fiel del amor de Dios Padre como aporte a esta Misión Continental.

Ya lo decía el Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, los niños y también los adolescentes son los pequeños grandes colaboradores de la Iglesia y del Papa en el anuncio del Evangelio.

El papa Benedicto XVI también ha dicho que los niños y adolescentes son la riqueza y la bendición del mundo, que pueden desempeñar un papel importante en la difusión del Evangelio y en las obras de solidaridad con los de su misma edad más necesitados.

Desde Aparecida los Obispos Latinoamericanos nos recuerdan que la niñez y la adolescencia, al ser las primeras etapas de la vida, constituyen una ocasión maravillosa para la transmisión de la fe, que debemos inspirarnos en la actitud de Jesús para con ellos, de respeto y acogida como los predilectos del Reino; que debemos valorar la capacidad misionera de los niños y adolescentes, porque no solo evangelizan a sus propios compañeros sino que también pueden ser Evangelizadores de sus propios padres, familias y comunidad. (Cf. DA 440-441). Además, solicitan que se apoye la conformación de los grupos de la Infancia Misionera.

Es urgente en la Venezuela de hoy formar nuevas generaciones de discípulos misioneros desde muy temprana edad, porque es durante la niñez y adolescencia que se comienza a formar la conciencia y se siembran los valores que guiarán a la persona durante toda su vida.

Por ello surge la necesidad de reunirnos nuevamente y después de 8 años el Espíritu Santo ha suscitado esta convocatoria para que los niños y adolescentes reafirmen el compromiso asumido desde el bautismo con Jesús de ser discípulos misioneros viviendo con alegría en la santidad anunciando el Evangelio desde Venezuela para el mundo entero.

De esta manera se hace también necesario marcar las pautas de trabajo que deben guiarnos por los próximos 10 años en Venezuela y definir el papel protagónico que deben tener los niños y adolescentes en esta misión continental convocada desde Aparecida por los Obispos Latinoamericanos en comunión con el Papa Benedicto XVI y responder de esta manera a las necesidades de la sociedad actual.

  • Objetivo General

Promover en los niños y adolescentes de Venezuela el compromiso de ser discípulos misioneros, asumido con Jesús desde su bautismo de vivir con alegría en la santidad y anunciar el Evangelio desde Venezuela al mundo entero.

  • Objetivos específicos:

1.- Propiciar en los congresistas un encuentro personal con Cristo Misionero del Padre, para crecer en el amor, la fe, la comunión y la santidad como familia misionera.

2.- Generar un espacio a nivel nacional para celebrar el mandato misionero, motivando a los congresistas a vivir su compromiso bautismal de anunciar el Evangelio en esta gran misión continental.

3.- Definir el papel protagónico que los niños y adolescentes misioneros deben tener en esta gran misión continental convocada por el Papa en la V Conferencia de Aparecida.

4.- Fomentar la integración de todos los niños y adolescentes de todo el país para concretar así el camino que debe seguir la Infancia Misionera en los próximos diez años para poner en práctica en las Arqui/diócesis y Vicariatos Apostólicos.

5.- Recoger los aportes de los congresistas para la elaboración del instrumento de trabajo destinado a los niños y adolescentes del continente americano y así proponer un itinerario de animación y formación que responda a los desafíos actuales de la misión.


LOS APOSTOLES

miércoles, 24 de febrero de 2010

Cualidades y deberes de los Apóstoles


(1) Aquellos que recibieron directamente la llamada de Cristo para difundir el evangelio del agua y del Espíritu (Marcos 3:13; Lucas 6:13; Galatas 1:1).

(2) Aquellos que vivieron con Cristo y atestiguaron Sus obras sobre la tierra. Los discípulos de Jesucristo eran testigos del cumplimiento de la justicia de Dios a través de la vida de Cristo (Hechos 1:21-22; 1 Corintios 9:1).
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(3) Aquellos que, siendo llenos del Espíritu Santo, recibieron el poder de cumplir las obras ordenadas por Cristo (Hechos 15:28; 1 Corintios 2:13; 1 Tesalonicenses 4:8; 1 Juan 5:9-12).

(4) Aquellos a quienes les fue dado el poder de realizar milagros para dar testimonio del evangelio del agua y del Espíritu en esta tierra. Dios dio gran poder a los apóstoles para que se revelara Jesucristo a través de ellos como Dios el salvador (Hechos 9:40; 2 Corintios 12:12; Hebreos 2:4).

(5) Aquellos que recibieron una llamada especial, así como también, bendiciones especiales de parte de Dios (Hechos 9:15; 2 Corintios 1:1; Galatas 2:8).

La autoridad dada a los apóstoles es la autoridad para perdonar los pecados de la gente, y como tal, ignorar a los que tengan esta autoridad conducirá a la destrucción.

martes, 23 de febrero de 2010

lunes, 22 de febrero de 2010

HOY


(ZENIT.org).- Cuarenta días para experimentar la locura del amor de Dios. Esta es la propuesta que hace Benedicto XVI en el Mensaje que ha escrito este año con motivo de la Cuaresma.

Según explica la misiva, publicada este martes por la Santa Sede, esta locura de amor tiene su expresión culminante en Cristo crucificado, Hijo de Dios. Por eso, el tema escogido es «Mirarán al que traspasaron» (Juan 19,37).

«En el misterio de la Cruz se revela enteramente el poder irrefrenable de la misericordia del Padre celeste. Para reconquistar el amor de su criatura, Él aceptó pagar un precio muy alto: la sangre de su Hijo Unigénito», constata.

«En la Cruz se manifiesta el eros de Dios por nosotros», aclara el pontífice, retomando un término central de su primera encíclica, «Deus caritas est».

Eros es, aclara el Papa citando al teólogo y místico bizantino que vivió ente los siglos V y VI d. C., Pseudo-Dionisio Areopagita, «esa fuerza que hace que los amantes no lo sean de sí mismos, sino de aquellos a los que aman».

«¿Qué mayor “eros loco” que el que trajo el Hijo de Dios al unirse a nosotros hasta tal punto que sufrió las consecuencias de nuestros delitos como si fueran propias?», se pregunta Benedicto XVI.

«¡Miremos a Cristo traspasado en la Cruz!», invita el Papa en esta Cuaresma. «En la Cruz Dios mismo mendiga el amor de su criatura: Él tiene sed del amor de cada uno de nosotros».

«En verdad, sólo el amor en el que se unen el don gratuito de uno mismo y el deseo apasionado de reciprocidad infunde un gozo tan intenso que convierte en leves incluso los sacrificios más duros».

«La respuesta que el Señor desea ardientemente de nosotros es ante todo que aceptemos su amor y nos dejemos atraer por Él».

«Aceptar su amor, sin embargo, no es suficiente. Hay que corresponder a ese amor y luego comprometerse a comunicarlo a los demás: Cristo “me atrae hacia sí” para unirse a mí, para que aprenda a amar a los hermanos con su mismo amor», concluye el Papa.

La Cuaresma es el período litúrgico de preparación para la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

domingo, 21 de febrero de 2010

EL EVANGELIO DEL DIA DOMINGO



Hoy la Iglesia celebra : La Cátedra del Apóstol San Pedro
image Saber más cosas a propósito de los Santos del día

Lecturas

Leer el comentario del Evangelio por : San Agustín
«Te llamarás Pedro» (Jn 1,42)

Evangelio según San Mateo 16,13-19.
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?".
Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas".
"Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Qué es la Cuaresma

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos, día que se inicia la Semana Santa. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

40 días

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.