viernes, 22 de enero de 2010

martes, 19 de enero de 2010

ESCUELAS ARQUIDIOCESANAS


Establecer escuelas católicas para los niños pobres. Ese fue el proyecto de monseñor Roa. Así se ha continuado en el tiempo. Desde siempre, grandes necesidades han acompañado y todavía acompañan este trabajo.

Monseñor Domingo Roa Pérez es gratamente recordado como el Obispo andino que vino dispuesto a sembrarse en el Zulia. Esa fue su intención, declarada en sus primeras palabras como Obispo del Zulia el 13 de marzo de 1961, "..desde hoy el Zulia será el objeto de mis permanentes desvelos". Con su apariencia, tímida y reservada, de hombre recién bajado de la montaña fue penetrándose en el tejido de esta cultura zuliana y maracaibera. Hombre amante y defensor de la democracia y de la libertad que llegaba al Zulia a pocos meses de haberse aprobado una nueva Constitución de la República de Venezuela. En esta tierra emprendería sus más grandes proyectos.

Rápidamente se convirtió en abanderado por la defensa de la dignidad humana, por la protección de la familia, por el progreso integral de la región y por la reivindicación de la región zuliana ante el centralismo caraqueño.

Siendo un convencido que el anuncio del Evangelio estaba destinado no solamente a los que van a los templos, sino a todos y en todas partes, valoraba la utilización de los modernos medios de comunicación social. Con este propósito, fortaleció la emisora de Radio La Voz de la Fe y el Diario La Columna, y promovió la creación del Canal 11 del Zulia, con sus extensiones en Lara y Carabobo; y estimuló el nacimiento de las emisoras de Radio NC Estéreo y Lumen 2000. Al momento de entregar la Arquidiócesis de Maracaibo, en 1993, dejaba en pleno funcionamiento un periódico de circulación diaria con 69 años de existencia, tres emisoras de radio y una red de televisoras regionales.

Durante sus 32 años de episcopado en el Zulia promovió la creación de una nueva Diócesis, creó 26 parroquias eclesiásticas, construyó 60 templos, ordenó más de 40 sacerdotes zulianos. Promovió a 5 sacerdotes del clero maracaibero para que fueran elevados a la dignidad episcopal para trabajar al frente de diócesis como Cumaná, San Carlos de Cojedes, Valencia, Cabimas, Barinas.

Como Obispo y ciudadano demócrata se preocupaba constantemente por Venezuela y por América Latina. Así lo manifestaba en sus Cartas Pastorales ante los diversos problemas del país, y en su trabajo como Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana. Igual preocupación tenía por ser solidario con los Obispos perseguidos o en peligro. Siempre estuvo al lado del Cardenal Obando en Managua, a quien ayudaba espiritualmente y con sus frecuentes visitas, como también procuraba estar cercano al mártir de la fe latinoamericana Mons. Oscar Romero en El Salvador.

Incansablemente predicaba sobre los peligros del ateísmo y el progreso de las doctrinas marxistas en América Latina y en el mundo, En 1963 publicó una Carta Pastoral en la que advertía sobre los peligros del comunismo para Venezuela, y decía: “Todavía es tiempo de evitar la catástrofe de otros países que fueron dominados por el comunismo, cuya astucia, maldad y espíritu diabólico, no se ponderará y pondrá al descubierto en su auténtica realidad. Como la enfermedad, solamente los que han sufrido podrían apreciarlo.” Cuánta razón tenía en sus reflexiones y en sus advertencias.

Educación para los más pobres
El 07 de enero de 1969, después de las celebraciones navideñas, Mons. Roa Pérez comenzaba a poner por obra la palabra comprometida a su llegada al Zulia: “Multiplicaremos nuestros esfuerzos y diligencias a fin de que llegue a más niños y jóvenes el beneficio inestimable de la educación”.

En territorios del sur de Maracaibo, en terrenos ocupados por el urbanismo desordenado, nacía la Escuela Arquidiocesana Madre Laura. Una construcción modesta con techos de zinc, unas aulas construidas con aportes de empresarios amigos y una humilde vivienda para las religiosas venidas de Colombia. Era la primera de las muchas instituciones educativas que nacerían de las manos de este Obispo profundamente enamorado de la educación.

Sus palabras, el 1 de abril del año 1981 con motivo de recibir la Orden Andrés Bello, revelan los orígenes de su Proyecto Educativo: “Al llegar a Maracaibo tuve la enorme alegría de ver que la iglesia contaba con varios colegios católicos…, para la educación de la clase media y alta, pero en cambio, los marginados y las clases humildes, no tenían ese privilegio. Yo me propuse ampliar ese radio de acción creando más escuelas para las zonas marginales con el objeto de multiplicar el beneficio inestimable de la educación cristiana, …sólo Dios sabe los caminos recorridos en este programa, las fatigas y las copas amargas apuradas para darles nuevos centros de formación cristiana gratuita a los niños pobres de la Arquidiócesis.”

Proseguía monseñor Roa en el mismo Discurso: “Con este plan estamos haciendo una obra de Patria y de Iglesia y en ella se unen muchas fuerzas para realizar el bien: El ejecutivo Regional, las abnegadas Religiosas, los maestros y maestras, las instituciones privadas y personas. Las Escuelas son centro de convergencia y un aporte sincero y leal en el gran compromiso de la educación. La Iglesia al abrir escuelas no pretende suplantar a nadie, sólo se propone ayudar y contribuir en la formación del hombre integral, del nuevo venezolano.”

Un Proyecto cumplido
Con el paso del tiempo y a lo largo de estos cuarenta años han continuando esparciéndose las Escuelas Arquidiocesanas por el territorio del Estado Zulia. Son veintinueve Escuelas, presentes en cinco Municipios del Estado Zulia. Trece en Maracaibo, diez en San Francisco, tres en Páez, dos en Mara y una en La Cañada de Urdaneta.

Abarcan desde la etapa inicial de la educación hasta llegar al final de la educación media diversificada y profesional. Veinte mil alumnos, mil quinientos empleados, veinte y un mil egresados. Estos son los que directamente hacen posible este proyecto educativo con su presencia, estudio y diario trabajo.

Grandes necesidades
Establecer escuelas católicas para los niños pobres. Ese fue el proyecto de monseñor Roa. Así se ha continuado en el tiempo. Desde siempre, grandes necesidades han acompañado y todavía acompañan este trabajo.

El Ejecutivo del Estado, el Ministerio de Educación, la Asociación Venezolana de Educación Católica son los entes que con su apoyo y contribución han hecho posible el sostenimiento de esta obra educativa. Lamentablemente estos aportes ya no son suficientes. Los recortes presupuestarios, producidos por las crisis económicas del país, ponen en peligro la estabilidad de estas Escuelas y frenan el crecimiento y la expansión de una gran obra.

En la actualidad confrontan un gran déficit en su presupuesto, que solamente durante el año 2009 alcanza los once millones de bolívares fuertes. Este déficit representa que los sueldos de los empleados no han podido ser actualizados durante los últimos dos años, que el bono de alimentación no ha sido actualizado, que no se puede clasificar a los docentes según sus cualificaciones profesionales, que no se cuente con la seguridad para cancelación de beneficios como vacaciones y bonos de fin de año. La Arquidiócesis de Maracaibo no tiene recursos para responder a esta cruda realidad. En las actuales circunstancias se hace difícil conseguir que estas cantidades puedan provenir únicamente del presupuesto oficial.

El funcionamiento de estas instituciones no puede seguir dependiendo únicamente de los recursos del Estado, por ello se hace necesario apelar al sentido de responsabilidad social y de compromiso cristiano que siempre han caracterizado a los hombres y mujeres del Zulia.

Junto a representantes del empresariado zuliano, la Arquidiócesis de Maracaibo está emprendiendo la tarea de recolectar los recursos necesarios para atender todo lo relacionado con el bono de fin de año del personal que trabajan en estas Escuelas. Este compromiso asciende a tres millones de bolívares fuertes. Puede parecer grande la cantidad, pero se hace pequeña ante la generosidad de los zulianos.

El Arzobispo de Maracaibo, monseñor Ubaldo Santana, junto a todos los que trabajan en las Escuelas Arquidiocesanas confían que la grandeza de los zulianos seguirá acompañando y respaldando el trabajo educativo que la Iglesia realiza para preparar a las jóvenes generaciones. Ellos han de ser los constructores de un futuro mejor para el Zulia y para Venezuela.

Con la finalidad de recibir los aportes de las personas e instituciones de buena voluntad, se ha dispuesto la cuenta corriente 0134-0081-470813130858, a nombre de la Asociación Civil Escuelas Arquidiocesanas en Banesco.

El 1 de enero de 2.010 se recordó el décimo aniversario del fallecimiento de monseñor Domingo Roa Pérez. Es justo y oportuno pensar que el mejor homenaje que se puede ofrecer en su memoria es el de permitir que la obra iniciada por él se perpetúe en la historia del Zulia.

Que la Virgen de Chiquinquirá, Patrona del Zulia, en la celebración de los 300 años de su milagrosa presencia, bendiga esta obra educativa y toque los corazones de todos los zulianos y zulianas de buena voluntad, para que hagan posible su continuación en el tiempo y sigan dando abundantes frutos al Zulia y a Venezuela entera.

Es necesario desear que se hagan realidad las palabras de monseñor Roa: “Cada Escuela debe ser un templo a la sabiduría y a la grandeza del hombre como persona e hijo de Dios”.


Pbro. Eduardo Ortigoza
Arquidiócesis de Maracaibo

lunes, 18 de enero de 2010

domingo, 17 de enero de 2010

INFANCIA MISIONERA Catequesis del Afiche

“TÚ ERES SACERDOTE ETERNO” (salmo 109)




I- El Corazón Sagrado de Cristo Jesús:
Con vestidura de sacerdote, con los brazos extendidos, dispuesto a abrazarte y su corazón abierto para dártelo todo.


a- “ Del Corazón de Cristo, junto con la Sangre y el Agua nacieron los Sacramentos” nos dice la liturgia y el mismo Santo Tomás de Aquino y todos los grandes teólogos de la Iglesia.

b- Los Sacramentos son siete (7) todos instituíos por el mismo Cristo. Nadie los puede aumentar o disminuir. Cristo, el Sumo y Eterno sacerdote delegó y mandó a sus Apóstoles y sacerdotes administrarlos “en memoria suya, en su nombre y con su autoridad”

c- Por eso se dice que “el sacerdote es otro Cristo” porque actúa en nombre de El y administra los sacramentos con su autoridad y mandato.

d- Mira de nuevo en el afiche con más fervor y gratitud, si te es posible, al Corazón de Cristo.....

e- Cierra de nuevo tus ojos y trata de ver y examinar tu propio corazón.

f- ¿Qué me dio Jesús...? ¿Qué le doy yo a El ...? Será un bello recuerdo y un gran estímulo en tu vida cristiana.


En el Corazón de Cristo está guardado el álbum fotográfico completo y el video de la vida de cada uno de sus hijos con lujo de detalles, porque cada persona que nace es un pequeño gran proyecto de Dios que viene a este mundo para conocer, amar y dar a conocer a Dios. Pero todo bebé debe ser feliz, alimentarse y crecer fuerte, protegerse contra los peligros, curarse cuando se enferma, y todas esas cosas que sabemos; para eso sacó Dios de su corazón los sacramentos, son 7 regalos que vinieron envueltos en la sangre y agua que brotaron de su costado cuando estaba clavado en la cruz muriendo de amor por nosotros y un soldado le clavó una lanza y al instante salió lo último que le quedaba: unas gotitas de sangre y agua, así Jesús exprimió el amor al máximo y lo dio todo por nosotros.

-¿Pero qué hicimos nosotros para que Dios nos quiera tanto?

-¿Por qué Dios da su vida por nosotros, por los buenos y malos y hasta por los más malandros de los malandros?

Nadie merece el sacrificio de Jesús, todo es REGALO de Dios, El detalle está en que Dios nos amó primero y por eso nos ha elegido y cada uno debe responder a esa llamada y decirle como todo un buen misionero:

¡Jesucristo, a la orden! y el que no contesta a la llamada se pierde la Fiesta y se pierde el Regalo, fíjate que las dos palabras están con mayúsculas porque es Fiesta que no acaba y Regalo que no aburre porque es siempre nuevo, siempre con tecnología de punta.

Todo es GRACIA de Dios…

Dios tiene sus canales por donde derrama la Gracia, pero como sabe que nosotros tenemos que ver y tocar las cosas así como el apóstol Tomás “si no meto mi mano en su costado…” (Jn. 20. 19-31), sacó Jesús de su propio corazón los sacramentos, que son: Signos visibles de la Gracia de Dios que “causan lo que significan”.



II- Los SACERDOTES
En cada uno de los cuadros aparece siempre un sacerdote, unas veces es el párroco, otras veces el obispo y hasta el cardenal, porque no puede haber sacramento sin sacerdote por eso cada día rogamos a Dios que nos envíe muchos y santos sacerdotes.

Mira bien cuando vayas a Misa que a veces el sacerdote aparece revestido de color verde, rojo, blanco o morado de acuerdo a cada tiempo litúrgico, por ejemplo en el tiempo de Cuaresma se reviste de color morado porque es tiempo penitencial y si es en la fiesta de un mártir o en la fiesta del Espíritu Santo, usa el color rojo que significa la sangre de Jesús y los mártires y el amor.

La Misa es el acto más importante que se puede hacer en el mundo y todos los detalles son convenientes. Tú participas y ofreces el sacrificio de la Misa porque todo bautizado es con Cristo: “sacerdote, profeta y rey”.

Anota el nombre de tu párroco y dile que te gustaría ser su amigo, es importante que sepa que cuentan contigo.



III- El BAUTIZO

Aparece la imagen de un pequeño cristiano que puedes ser tú, fíjate bien que todo comienza el día del bautizo y hay otro personaje allí presente que nos contó esta historia, busca bien, es una niña con su franelita de Infancia Misionera, es María Paulina, con su sonrisota y empinándose para no perderse nada de la ceremonia porque “cuando se bautiza a un niño nace un misionero”, ¡otro más para el equipo! Todos en la familia están felices y el monaguillo que también es de Infancia Misionera ayudó mejor que nunca. El nuevo cristiano nació el 8 de diciembre fiesta de la Inmaculada y pronto le bautizaron, “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” y le pusieron Mariano. El padre Domingo le echó bastante agua y Mariano gozó un puyero.

Tomaron muchas fotos, pero la foto mejor quedó grabada en el corazón de Dios Padre que hizo que los ángeles anotaran el nombre de Mariano en el cielo, porque en ese instante “nacía a la Vida de la Gracia un hijo de Dios” y para que conste ante los hombres, quedó escrito también en el libro de la parroquia con lugar, fecha y nombre completo de padres y padrinos. Ahora Mariano es Hijo de Dios, signado con el sello indeleble de “cristiano” que nada ni nadie puede borrar (imprime carácter), está limpio de pecado original, forma parte de la Iglesia, y el Espíritu Santo le ha regalado nada menos que la Fe, la Esperanza y la Caridad que son “las virtudes teologales” y deben crecer cada día y alumbrar como esa luz de la vela prendida desde el cirio pascual que representa a Cristo.



IV- La COMUNION

Aquí aparece Mariano recibiendo la Primera Comunión, le acompaña su equipo de Infancia Misionera ubicados en primera fila. El muy pícaro puso esta foto antes que la de la confesión porque ese día logró portarse como un ángel, despertó muy temprano para recibir a Jesús por primera vez. En su cabeza no cabe un misterio tan grande, solo cree firmemente que Dios está presente en el Vino y la Hostia Consagrada, y él está dispuesto a todo por Jesús. Sí, porque aunque es pequeño, su fe es grande, Dios le ha hecho ese regalo y es como para ponerle los pelos de punta como le aparecen en la foto. Al comulgar pidió a Dios por todos, y se acordó que la catequista le dijo que en cada comunión recibía el alimento espiritual para la vida.



V- La CONFESION

¡Ay Mariano! hasta los pelos de pincho se te aplastaron, ¿qué habrás hecho ahora? Busca arrepentido, una buena confesión que te devuelva la amistad con Jesús. El padre Domingo escucha con paciencia y en nombre de Cristo perdona una y otra vez “Es que hago lo que no quiero” como dice san Pablo (Rm 7, 18-25a).

Al terminar la confesión sale como nuevo prometiendo hacer un buen esfuerzo por corregirse y ante el sagrario cumple la penitencia que le pone el confesor. Un tropezón, una caída y vuelta a levantarse y hacerle al pecado ¡Fu, bien lejos!



VI- La CONFIRMACION

Aquí Mariano parece más formal. El obispo vino para celebrar este nuevo Pentecostés y el viento y fuego del Espíritu Santo penetran la mente y el corazón de este jovencito que mira fijamente el óleo de la confirmación, es como que le pusieran nuevo sello de garantía de “Cristiano”. Ahora repotenciado con las pilas del Espíritu, le caen de golpe las tan urgentes vitaminas extra, los famosos Siete Dones, bien recibidos para vencer, porque la tentación es mucha y más de una vez ha estado en la cuerda floja a punto de caer. Ahora a graduarse; la cosa no es para menos. ¡Podemos cambiar el mundo!



VII- El MATRIMONIO

¡Se nos enamoró Mariano! Quien lo iba a decir, si le gustaban todas. Ahora sólo tiene ojos para la dulce Mónica, buen amor, verdadero, para siempre. Y empezó a soñar con una familia misionera. El padre Domingo les preparó bien en las charlas pre-matrimoniales. Llegó el gran momento del matrimonio, se miran directamente a los ojos, él mira con ojos muy abiertos como quien no puede creer tanta felicidad y ella entre tímida y emocionada acepta. Unidos para siempre, “ya no serán dos sino uno” (Gen 2,18-24)

Se ganaron el premio, vinieron los hijos y al primero le bautizaron con el nombre de Francisco Javier. Crecieron durante el papado de Juan Pablo II. Los encuentros de la Juventud con el Papa le cambiaron la vida, y junto con otros jóvenes sintieron la llamada al sacerdocio y a la vida religiosa.



VIII- El ORDEN SACERDOTAL

Se llaman la “Generación Juan Pablo II”, muchachos de todo el mundo movidos por el testimonio del Papa que les animaba: “No tengan miedo” Y la Palabra de Dios entró con fuerza en ellos y les hizo valientes para aceptar el reto: ¡Ser sacerdotes! “El hombre del futuro”, como les llama el Papa Benedicto XVI.

Así este hijo de Mariano y Mónica es consagrado sacerdote; el obispo le impone las manos y él desde su corazón repite “totus tuus” “todo tuyo Virgen María”, Madre de sacerdotes, Madre de la Iglesia nacida del corazón de Cristo en la cruz.



IX- La UNCION DE LOS ENFERMOS

Mariano está enfermo, agarrado al rosario, mirando a la Virgen de Coromoto. Conserva la sonrisa, aunque ha perdido el pelo y su nariz está mas grande y las arrugas son muchas, pero nada le quita la alegría que es fruto del Espíritu Santo. Su hijo sacerdote le administra el Sacramento de los Enfermos, y recobra la salud, dispuesto a esperar la beatificación del papa Juan Pablo II, invirtiendo lo que le queda de vida orando por el hijo sacerdote que irá muy lejos a la Misión. Un buen tiempo para prepararse “Ahora, Señor, según tu promesa puedes dejar a tu siervo irse en paz” (Lc 2, 29-32)

¡Mi vida ha tenido sentido, he disfrutado el privilegio de tener un hijo sacerdote!