domingo, 19 de octubre de 2008

LXXXII Jornada Mundial de las Misiones (Domund)
Prensa Parroquia LUZ


Estamos en estado de misión. El pasado 17 de agosto desde Quito-Ecuador, se realizó el lanzamiento de la misión continental, y para el 24 de enero del 2009 se impulsará desde la Arquidiócesis de Maracaibo, que estará enmarcado en el IV Congreso Americano Misionero y en el IX Congreso Latinoamericano Misionero que será en nuestro país con sede en nuestra ciudad.
“Ay de mí si no evangelizo”….(1 Cor.9,16), esta frase debe resonar en nuestros corazones al igual que retumbó en San Pablo, sabiendo que es un deber urgente de todos los cristianos anunciar a Cristo y su mensaje salvador.

Esta cita, tomada de la primera carta a los corintios, fue escogida como lema para este año en la jornada del Domund con motivo de la celebración del año paulino decretado por el sumo pontífice el papa Benedicto XVI.

¿Qué es el Domund? es una palabra con la cual nuestra Iglesia católica denomina el «domingo mundial de la propagación de la fe». En otras palabras: una jornada especial en el año para que los creyentes en Cristo tomemos una conciencia más viva y más eficaz de que Jesucristo, Salvador universal, no es conocido ni aceptado como tal por las cuatro quintas partes de la humanidad. Domund es el «Día de las Misiones» por excelencia.

Ahora bien, el "Domund" nació bajo el signo de estos caracteres distintivos: -claro universalismo misionero; concientización del deber misionero; colaboración intensa espiritual; ayuda generosa material; vinculación íntima a la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe.

Debemos aprovechar el " Domund " para formar la conciencia de los grupos cristianos a los que estamos vinculados todos los bautizados. Quien estudie con detenimiento los textos conciliares, y otros documentos como lo es la proclamación profética del Evangelio en Venezuela del Concilio Plenario de Venezuela y actual documento de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe “Aparecida”, se verá el avance positivo que ha supuesto el Concilio Vaticano II y estos últimos documentos, en este aspecto en comparación con lo que antes se pensaba y practicaba entre no pocos cristianos, que se decían amigos de las Misiones.

Para la jornada del Domund se proponen cinco grandes objetivos para todos los cristianos:
1-Oración ferviente al Señor para acelerar su reinado en el mundo.
2-Hacer comprender a todos los fieles el formidable problema misionero.
3-Estimular el fervor misionero de los sacerdotes y de los fieles.
4-Dar a conocer mejor la Obra de la Propagación de la Fe.
5-Solicitar la ayuda económica en favor de las Misiones.

También para esta gran celebración, se ha determinado por decreto del las Obras Misionales Pontificias: "Que se fije el domingo penúltimo de octubre como jornada de oración y propaganda misionera en todo el mundo católico". Que se celebre en esa jornada la misa "por la evangelización de los pueblos". Que la predicación, en ese día, sea de carácter misionero, con especial referencia a la Obra de la Propagación de la Fe ".

El "Domund" no es cosa de un día... es labor de todo un año. Hasta hace poco no era infrecuente considerar la cooperación a las misiones como cuestión de un solo día al año… Pasado el Domund, ya podrían los animadores a ponerse en marcha para estar dispuestos a seguir trabajando por el reino de Dios y mantener esa alegría para que la próxima jornada sea con mayor entusiasmo.

Así como la celebración del día del amor fraterno en el jueves santo nos supone amar al prójimo necesitado, el deber misionero nos fuerza a cumplirlo durante las 365 jornadas del calendario.
Estas pequeñas limosnas diarias, con el tesoro de las oraciones y sacrificios, se acumularán en las ofrendas del Domund, haciendo de esta jornada anual el exponente máximo de nuestro diario deber misionero. Para que un país, una Diócesis, una Parroquia o comunidad local pueda decirse misionera, no basta con que en ella se celebre, de la mejor manera posible, una vez al año, la jornada misional de octubre. Es menester que esa ' jornada se considere como integrada vitalmente en un plan anual de pastoral misionera.

Para aumentar el espíritu misionero en el pueblo cristiano, foméntense las oraciones y los sacrificios diarios, de suerte que el día anual de las Misiones venga a convertirse en símbolo espontáneo de este espíritu.

Todo el mes de octubre, es "misionero" y se divide en cuatro semanas para que vivamos plenamente este encuentro. La primera semana: se dedica a intensificar la oración misionera (celebraciones paralitúrgicas, horas santas, rosarios, etc.)

La segunda semana se promueve de manera especial el sacrificio y el dolor por las Misiones (labor callada de propaganda, penitencias voluntarias visitas a enfermos para invitarlos a ofrecer sus dolores por la causa misionera, etc.)

La tercera semana: (que termina con la fecha del Domund) se concreta en la caridad (propaganda activa, organización de la colecta por medio de sobres, de huchas, de alcancías, etc.)

La cuarta semana se destina a promover la acción de gracias por la fe recibida y como digna respuesta, la oración y la acción práctica por el fomento de nuevas vocaciones misioneras, salidas de la propia comunidad eclesial.

El Domund, es por tanto, vivir juntos, fraternalmente y sin fronteras, el gozo de ser hijos de Dios con un claro universalismo misionero en colaboración intensa espiritual y generosa ayuda material. Es una mirada universal, abierta al mundo entero, como aquella con la que Cristo abrazaba a todos los pueblos y grupos humanos mientras repetía a sus discípulos: "Id al mundo entero y predicad el Evangelio".

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