domingo, 2 de mayo de 2010

¿Quién era el padre Esteban Wood?

“Quiero profundamente y para siempre al pueblo venezolano”, escribió el presbítero Esteban Wood en el pequeño texto en el que reseñó su vida para la página web de la Diócesis de Ciudad Guayana, donde servía como párroco de la iglesia Sagrada Familia, de Puerto Ordaz

.“Quiero profundamente y para siempre al pueblo venezolano”, escribió el presbítero Esteban Wood en el pequeño texto en el que reseñó su vida para la página web de la Diócesis de Ciudad Guayana, donde servía como párroco de la iglesia Sagrada Familia, de Puerto Ordaz.

Alguien de ese mismo pueblo al que él amó profundamente le quitó la vida. Su cuerpo, apuñalado, fue encontrado esta mañana en la casa parroquial de la iglesia donde sirvió y vivió los últimos seis años de su vida.

“¿Quién soy?”, tituló el padre Wood su reseña biográfica, que reproducimos a continuación:

“¿Quien Soy?

Nací en la ciudad de Vancouver, en el Estado de Washington, el 15 de noviembre de 1941, hijo de Delmer y Marta Wood, el quinto de nueve hijos. Estudié primaria en Oregon y California, con los grados finales en la Academia Santa Catalina en Benicia, California. Toda mi secundaria cursé en el Colegio San Vicente Ferrer en Vallejo, California, donde salí bachiller en 1958.

Desde segundo de primaria sentí la llamada de ser sacerdote católico, y desde el cuarto de ser misionero en el extranjero. Inmediatamente después del bachillerato, entré en seminarios misionales para mi formación. El obispo de Sacramento me ordenó presbítero en Vallejo, el 3 de Junio de 1967.

Veintitres años - la mayoría de mi vida misionera - se ha desarrollado en Venezuela, de 1968-1986, de 1995-1998, y de nuevo comenzando en mayo de 2003. Quiero profundamente y para siempre al pueblo venezolano. He trabajado en la pastoral juvenil, parroquial, matrimonial, educativa y familiar. Trabajé en Caracas como vicario de la parroquia de la Santa Cruz (Brisas de Pro Patria) y párroco de La Ascensión del Señor (Cumbres de Curumo). Ayudé iniciar los Encuentros Conyugales y los Encuentros de Hijos e Hijas en Venezuela. Durante siete años maravillosos servía como capellán del Instituto Pedagógico de Caracas. Fui director de la pastoral familiar en la diócesis llanera venezolana de San Fernando de Apure. Ahora pertenezco al clero diocesano de Ciudad Guayana, en el oriente del país.

Dos veces me tocó prestar servicio sacerdotal varios años en la iglesia de mi país de origen, en las dos costas de la nación, California y Nueva York. También trabajé feliz e intensamente con educadores en México de 1991-1994. Tomé posesión como párroco de la comunidad cristiana de Sagrada Familia en el sector Unare II de Puerto Ordaz, Ciudad Guayana, el 29 de Febrero de 2004”.


Asesinado párroco de Unare en robo
viernes, 30 de abril de 2010


El cadáver del sacerdote Esteban Wood White, de 68 años de edad, fue hallado en su habitación de la casa parroquial en el sector Unare II de Puerto Ordaz, este jueves en la mañana, luego de que los feligreses no lo vieran, como siempre acostumbraba, paseando su perro Humboldt a las 6:00 de la mañana. De acuerdo con los funcionarios del Cicpc, el párroco de Sagrada Familia estaba en medio de un charco de sangre apuñalado, golpeado y estrangulado cuando Jesús Guauro, feligrés, lo encontró.

►Una laptop, celulares y un teclado electrónico fueron sustraídos de la Casa Parroquial de Sagrada Familia, según reveló Monseñor Mariano Parra Sandoval, Obispo de Ciudad Guayana.

►Efrén Marín, jefe regional del Cicpc, no dio detalles alegando que era prematuro ofrecer nombres o circunstancias, cuando aún no se tenía establecida la cantidad de personas que actuaron ni los móviles.

►En una protesta de alumnos de la ETC Andrés Bello en 2008, el padre Wood declaró al Correo: “La inseguridad es un problema. Hasta la misma iglesia ha tenido problemas durante las misas, por lo que tenemos que pagar vigilancia… no hay respeto a la vida”.

Armando Arévalo Bravo
aarevalo@correodelcaroni.com Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla

Conmoción y rechazo entre la colectividad guayanesa causó el asesinato del sacerdote Esteban Wood, quien desde 2004 era el encargado de la Parroquia Sagrada Familia en el sector Unare II de Puerto Ordaz.

El cadáver del religioso fue encontrado en la habitación que ocupaba desde hace más de seis años en la casa parroquial, en medio de un enorme charco de sangre, apuñalado, golpeado y “estrangulado con una franela blanca”, detalló un funcionario del Cicpc que entró a la escena del crimen.

“Al lado de él estaba hasta el sombrero que siempre usaba y cuando llegué, su perro estaba a su lado”, relató Monseñor Mariano Parra Sandoval, Obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana, quien llegó a la escena del crimen poco antes de las 9:00 de la mañana de este jueves.

Quienes convivían con el padre Esteban -como lo conocían en la comunidad- lo describen como un hombre apacible, noble y colaborador. Sus días eran prácticamente rutinarios y a las 6:00 de la mañana era común verlo caminando a los alrededores de la iglesia Sagrada Familia, junto a Humboldt, su perro Waimarane que lo acompañó por más de 5 años. Dicen que después de estos paseos, abría las puertas de la iglesia para que entraran los primeros grupos de oración.

En las últimas semanas el padre también supervisaba las obras de construcción de una capilla al lado del templo y parte de las herramientas de trabajo eran guardadas en su casa, por lo que a las 7:00 de la mañana, era común ver entrar y salir gente del sitio donde fue asesinado.

“Después que hacía todo durante el día, casi siempre se acostaba muy tarde, como a las 11:00 de la noche, después que llamaba a Humboldt o al gato, que siempre se escapaban”, dijo una señora de la comunidad.

Un cambio en esta rutina hizo que Jesús Guauro, un feligrés de esta comunidad, sospechara que algo había sucedido. Relató que poco después de las 7:00 de la mañana aún vio cerradas las puertas de la Casa Parroquial y de la iglesia, por lo que llamó insistentemente al sacerdote que nunca respondió.

“Entonces decidí buscar un esmeril y rompí la cerradura de la puerta. Busqué y lo encontré muerto dentro de su habitación”, especificó.

Primeras pesquisas
Fuentes ligadas a las investigaciones revelaron que además de ser brutalmente golpeado, al padre Esteban, de 68 años de edad, lo apuñalaron en más de 30 oportunidades entre el pecho y el abdomen; y además “tenía cortadas en los brazos, porque se defendió. También fue estrangulado con una franela blanca mientras se desangraba en el suelo. Murió por asfixia”, dijo un agente del Cicpc de manera extraoficial.

Un contingente de más de 20 funcionarios de la Policía científica de diferentes brigadas se encargaron de hacer las diligencias que la Fiscalía Tercera de Puerto Ordaz y la 41º con competencia nacional, ordenaron para esclarecer las circunstancias y móviles del suceso.

Durante las 4 horas que duró la inspección de los sabuesos se colectaron evidencias, hicieron la fijación fotográfica de la escena del crimen y buscaron huellas de quienes cometieron el asesinato. El arma homicida no fue colectada en esta primera inspección.

Los sabuesos explicaron que además de algunas cosas regadas dentro de la habitación del padre, no había señales de violencia en puertas o ventanas. Estiman que el crimen pudo ocurrir entre las 10:00 y las 12:00 de la noche, cuando el padre fue visto con vida por última vez frente a la casa parroquial y cuando -según unas residentes del lugar- dos hombres caminaban nerviosa y rápidamente por la vereda 19.

Quienes entraron a la casa del sacerdote indicaron que al momento de encontrar su cadáver vestía una franela blanca y un pantalón gris con que trabajaba frecuentemente.

Efrén Marín, jefe de la región Guayana del Cicpc, dirigió parte de las pesquisas que se realizaron en el lugar, pero a la prensa no ofreció mayores detalles, alegando que era prematuro ofrecer nombres o circunstancias, cuando aún no se tenía establecida la cantidad de personas que actuaron ni los móviles. Dijo que ninguna hipótesis se descartaba hasta el momento y que también era necesario hacer entrevistas a personas allegadas al religioso.

Fue un robo
Para los representantes de la Diócesis de Ciudad Guayana está claro que se trató de un robo. Detallaron que en lo poco que pudieron observar dentro de la casa del padre Esteban, se percataron que faltaba una computadora portátil, dos teléfonos móviles y un teclado electrónico que era utilizado en las misas.

“Había otras cosas de valor que no se llevaron como los tambores de las baterías. No se llevaron dinero porque lo colectado por las ofrendas estaba en la iglesia”, informó el obispo de Ciudad Guayana.

Monseñor Parra Sandoval llamó a la población a la concordia y la fraternidad, pues opina que el nivel de violencia que se vive en la sociedad venezolana es producto de la pérdida de valores que viene desde la familia.

“Todos somos culpables de la violencia y es precisamente consecuencia de la crisis de valores que hay en la sociedad. Todos debemos poner un granito de arena para combatirla”, aseveró monseñor.

“Este sacerdote era muy generoso y cuando alguien pedía un favor él lo ayudaba y pasó lo que pasó”, comentó el representante de la Iglesia Católica en Ciudad Guayana.

Precisamente entre los jóvenes que el padre Esteban ayudaba, había muchos drogadictos e indigentes, a quienes aconsejaba y hasta les proveía comida y ropa. Sobre algunos de estos muchachos están encendidas las alarmas de los cuerpos de seguridad, quienes buscan a dos de ellos y de los que sólo se sabe son conocidos como “Jairo” y “Will”.

Aunque muchos aseguran que estos jóvenes no habían sido vistos por el sector últimamente, “uno de ellos le robó una laptop el año pasado. Hubo un pleito dentro de la casa parroquial y ese muchacho (Jairo) que es menor de edad, empujó al padre y lo tumbó al suelo”, comentó un residente de Unare II, quien explicó que por este incidente, el joven estuvo preso varios días.

Esta versión no es desechada por uniformados de la Policía científica, pues entre las hipótesis investigadas está la posibilidad de que el padre conociera al homicida y que lo haya asesinado después de robarlo, para que no lo delatara ante las autoridades.

La hipótesis de que el asesino era conocido del sacerdote cobra fuerza, tomando en cuenta que su perro no se mostró intranquilo durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves, cuando ocurrió el homicidio. Además, el asesino tomó las llaves y cerró la puerta principal.

Casi a las 12:00 del mediodía de este jueves, cuando sus restos eran sacados de la Casa Parroquial -entre cánticos religiosos de la feligresía- por uniformados de la Policía científica, el clamor de cientos de feligreses y vecinos era el mismo: ¡justicia!

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