viernes, 13 de marzo de 2009



“La Misión” y la Cuaresma

Aunque han pasado muchos años desde su estreno (fue en 1986), la película “La Misión” puede seguir siendo un buen recurso didáctico para las clases de Religión, sobre todo en los últimos cursos de la ESO y Bachillerato.

Hace unos años en Profes.net, el profesor J.Mª Martínez proponía trabajar esta película en tiempo de Cuaresma a través de una de las escenas más brillantes del film: el diálogo en la cárcel entre Rodrigo (R. de Niro) y el P. Gabriel (J. Irons). Este vibrante diálogo, la penitencia que se autoimpone Rodrigo en forma de ascensión de las cataratas y el camino hasta que se siente liberado de su pecado, representa un excelente medio para trabajar temas como el arrepentimiento, la penitencia o el perdón, propios del tiempo de Cuaresma.


Hoy día, gracias a servicios de la Web 2.0, tenemos la suerte de poder visualizar en Internet la película completa, en concreto a través de
Google Vídeo (la escena a la que nos referimos se encuentra en el segmento de tiempo: 22:44-37:02). Nosotros hemos seleccionado estos minutos y os los ofrecemos aquí junto a una ficha imprimible para trabajar en clase.


Guía para entender y meditar la película LA MISION en Cuaresma

Puntos a destacar y comentar en el diálogo del Padre Gabriel con Mendoza:

- La ley no puede tocar a Rodrigo, fue un duelo. Pero él está hundido. Eso no le consuela. Ya dijo S. Pablo que la ley no da vida, y por eso no justifica.
Cuando la vida se judicializa pierde el fundamento. La propia ley se queda sin base; sin los valores sobre los que se sustenta; sólo organiza superficialidades y acaba siendo instrumento de opresión en manos de los poderosos.
¿Qué significa judicializar la vida política? Matar la democracia.
- El remordimiento es fruto del amor y principio de salvación. Rodrigo siente remordimiento porque quería a su hermano.
¿Qué significa eso que se oye hoy a tantos y tan a menudo de que no se arrepienten de nada? ¿No peca todos los días el justo hasta siete veces?
- Porque el pecado, además de acto personal, es un atentado social, el perdón es una realidad relacional, se da en comunidad y busca reintegrar al pecador en ella.
El pecado aísla porque conduce a la muerte; la muerte es el aislamiento absoluto. Váyase, padre, déjeme solo... Pero la caridad –encarnada en la P. Gabriel- aguanta, es sufrida, no lleva cuentas del mal... Y siempre ofrece una salida.
- El P. Gabriel no quiere jugar el papel de verdugo. Eso es lo fácil, además de lo perfectamente inútil, por falso. La cuaresma tiene que salir de dentro, alentada por el propio amor frustrado que quiere recuperarse. La penitencia sólo puede venir impuesta por el propio camino que se quiere emprender para recuperar la vida.
- El verdadero perdón no parte del engaño paternalista. Ve la verdad de frente, porque la toma en serio. Sois un mercenario, un traficante de esclavos. Y matasteis a vuestro hermano. Lo sé.
Pero la denuncia siempre acaba en anuncio: Hay vida.
- El perdón es provocación, porque provocación es la vida. Me río de vos... veo a un hombre que huye... que se esconde del mundo... a un cobarde. No hay peor insulto para un hombre de acción como Rodrigo. Picar el amor propio para despertar las fuerzas agarrotadas por la muerte para que nos empujen hacia la vida.
- Y cuando no se ve salida, ni redención posible, el horizonte de la Pascua (hay vida) pone en marcha la penitencia cuaresmal, en libertad. La libertad como carga, cuando la pereza nos invita a no tomarnos en nuestras manos.
Y otra vez la provocación, “elegisteis vuestro delito; tenéis valor...; “pero ¿osaréis intentarlo?” -“¿Si osaré?”.
Se inicia la espectacular subida de las cataratas. Rodrigo, descalzo, arrastra como pesado fardo todos los símbolos (espada, coraza...) a los que ha dedicado hasta ahora su vida. Instrumentos de opresión, esclavitud y muerte.
Con un brevísimo trazo la película nos habla de un elemento esencial en la Cuaresma, la oración. En un alto, en la noche, se oye en labios de los que están escalando la catarata un murmullo de rezos. Son sólo dos breves frases (Alma de Cristo, santifícame...),
Coronada la ascensión, es el momento del encuentro. Aparece Rodrigo, embarrado, arrastrando su carga, casi irreconocible si no es para los ojos de un niño.
La navaja, instrumento de muerte, es en manos de la Pascua instrumento de vida. El indio corta la cuerda y libera de la carga –pues sólo él puede absolver el antiguo pecado- a un Rodrigo embarrado de pies a cabeza, descalzo y de rodillas, cual cordero, pero nunca tan grande. Todo queda purificado por las lágrimas entre el gozo y el llanto. Todos ríen y lloran a un tiempo, porque nadie se puede decir completamente libre hasta que no lo somos todos. Es el momento también del abrazo entre Gabriel y Rodrigo.
¿Merecía la pena tanto esfuerzo para que en un instante esa pesada carga sea empujada otra vez abajo? Es la pregunta que se puede hacer quien ha visto la penitencia desde fuera. Muy mucho merecía la pena si ha logrado que un hombre volviera a ponerse en pie; si lo que estaba perdido se ha rescatado.
Ideas para trabajar la Pascua con ''La misión''
Los minutos de la película para trabajar la Pascua son del 39' al 47'. En los siguientes minutos casi no existen las palabras. Sólo imágenes y música. El lenguaje del cine. Vemos que la tierra se alegra. El vergel en medio de la selva. Se hacen buenos los versos del profeta: Llegará el regocijo al desierto y el yermo, el páramo y la estepa se vestirán de alegría...florecerá el desierto....
Rodrigo acarrea el barro con el que los indios levantan las paredes de la casa, hogar. Ahora es barro redimido. Barro en que se ha insuflado el espíritu de Vida. La cruz de madera, en primer plano, ordena desde dentro y corona el mundo y las cosas para la vida. La cruz, eje del mundo, transformándolo todo en cosmos.
Acogido en la comunidad, Rodrigo recibe el honor de los tatuajes del guerrero. Sonrisa del niño cronista siempre serio. Y decepción cuando “su” guerrero no puede aceptar el honor que le ceden de matar a un jabalí silvestre, él que ha matado antes sin contemplación a gente, a las órdenes del dios dinero y de la ira. Ahora es otro su Jefe.
Risas y saltos de niños en el agua, chapoteos, todo vida. La risa del niño desdentado llama a la distensión del espectador y la importancia del humor siempre en la vida. Sentado Rodrigo con los jesuitas a la mesa, - Padre, quiero darle las gracias por haberme acogido. - Agradecédselo a los guaraníes. - ¿Cómo? - Leed esto
Al “¿cómo?” de Rodrigo, él responde ahora con la esencia, el plato fuerte, para que se acabe de despojar de las niñerías. Todo lo anterior sólo es preparación para lo mejor, el plato fuerte. La mano de Gabriel escoge con cuidado el libro. Eso es la Biblia, el libro entre los libros; y el evangelio el alma de esos libros. Y el corazón del evangelio ese himno a la Caridad (que es Dios Amor), que se puede leer en el capítulo trece de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios.
Cuaresma frustrante es la que no es sugerida y movida por amor, y en él no desemboca. Pascua inútil es la que no celebra la alegría de la vida y llama amor a cualquier cosa de horizontes chatos. Bienvenido a casa, hermano.

• ¿Cuáles son las tres partes implicadas en la película que has visto? ¿Por qué? ¿Qué intereses tenían cada una de ellas?
- Diferenciar la potestad espiritual de la Iglesia del poder civil de los estados. - Valorar la labor misional de los creyentes en el Tercer Mundo.
- Conocer las causas de la desestructuración de las sociedades que han sido conquistadas.

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